Alfred Flechtheim: Figura fundamental de la cultura y el arte del siglo XX

Colofón

Alfred Flechtheim había emprendido esfuerzos por obtener la ciudadanía francesa ya que se avecinaba la caducación de su pasaporte alemán. Aparentemente, hizo un obsequio al Estado francés para acelerar este proceso. Aunque la fuente no especifica el tipo de obsequio, se puede suponer que se trataba de piezas de arte. Flechtheim no fue el único judío cuyo amor por Francia iba de la mano con su amor al arte, ni que jamás habría imaginado una Francia capaz de deportar a sus judíos a los campos de exterminio. Otro gran coleccionista de arte judío, Moïse de Camondo (y su padre Isaac), de ascendencia sefaradí y procedentes del Imperio otomano, le obsequiaron al Estado francés enormes lotes de arte y su gran casa —hoy día sede del museo Nissim de Camondo— a principios del siglo, pero el Estado francés no titubeó al deportar a la hija, el cuñado y los nietos de De Camondo a Auschwitz, durante la segunda guerra mundial.

El remanente de la colección de arte de los Flechtheim, estimado entre cien y ciento veinte obras de arte (sesenta o setenta pinturas), fue confiscado y apropiado por la Alemania nazi.

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